Las cintas, pueden ser rígidas, o elásticas, dejando amarrada a la pareja, entre sus propias extremidades, haciendo que la imaginación brote y permita dar uso de todos estos juguetes sexuales.
También, pueden ser usadas para amarrar a cualquier sitio que se nos pase por la cabeza. Lo más común, es a la cabecera de la cama, y a las patas, aunque también se puede usar en otras circunstancias.
Os recomendamos que probéis estos juguetes sexuales, con el que pasaréis horas de diversión, y puro morbo.